Pai Ayanokoji
Egresada de Mahoutokoro
Aprendiz de rompemaleficios
Japonesa, sangre pura
Varita: Madera de Cedro – Pelo de Veela
Londres – Inglaterra
Aburrida después de esa fiesta insulsa donde casi nadie me hablo, he decidido ir a pasear por la ciudad, para verla y conocer estas extrañas gentes, no me siento especialmente bien y noto como las voces suben su constancia, en especial Dark, ella esta mas fuerte que nunca, varias veces tengo que resistir la tentación de hacer un maleficio a una de esas basuras muggles.
Que asco compartir el planeta con la basura muggle, si por mi fuera los exterminaba, esta claro que son la escoria de la humanidad, de que sirven sus vidas si no tienen el don de la magia, esos desechos nunca se debieron permitir que florecieran como lo hicieron, me molesta tener que comportarme como uno de ellos para ocultar lo que soy…
Cada vez que uno se acerca a mi si por fuera los mataba, pero claro entre el ministerio de la magia y muchos magos se quiere y defiende a esa basura, he estudiado las guerras mágicas y sinceramente fue una pena que el que no debe ser nombrado no diera conseguido su objetivo de un mundo sin muggles.
En mi país torture muggles pero aquí no me atrevo aunque ganas no me falten, me gustaría tener un lugar donde trabajar y hacer sufrir a esas basuras, pensar que cuando era niña tuve amigos muggles y sangres sucias, esos son otros, debería de estar todos recluidos en Azkaban, pues son la peor basura después de los muggles, no se ni como les permiten la entrada en las escuelas de magia.
Andando por la calle veo a dos muggles tomando una de esas bebidas muggles en una cafetería y me acerco como quien no quiere la cosa para preguntarles por una calle, disimuladamente les dejo una galleta de una tienda de bromas mágica, en cuanto se la coman uno de ellos se va a pasar la semana cacareando como una gallina.
Les doy las gracias y me voy, asquerosos muggles.