Aerith Arryn
“Halcón de fuego”
Princesa del Valle del Arryn
Sacerdotisa roja
Tan alto como el honor
Nido de Águilas – Valle del Arryn
Flashback
He vuelto al Valle después de tantos años fuera, cuando me fui era una niña y ahora al volver ya soy una mujer, no me imaginaba los problemas que me traería eso, había oído rumores de cómo era Edmund, pero no los quise creer hasta que lo comprobé en mis propias carnes.
Cuando llegue al nido fue todo normal, hasta lo note cariñoso, llevaba años sin verme, cuando lo vi estaba con esas mujeres yo por aquel entonces no hablaba valirio y no supe que dijeron pero por las risas no debió ser nada bueno, al llegar comimos juntos y le conté como habían sido mis años de viajes por todo poniente, en el momento no le hice mucho pero me pregunto si ya había tenido relaciones con hombres, en mi inocencia le dije que no y que dudaba las tuviera pues me gustaban más las mujeres.
Eso no lo pillo por sorpresa y más sabiendo que mi última estancia en poniente había sido en Dorne, que imbécil fui no supe ver entre líneas lo que se avecinaba, pase unos días tranquila en el nido recorriendo los lugares que conocí de niña, de nuevo estaba en casa, mis padres habían fallecido ya, fallecieron varios años después de ser mandada a estudiar por todo poniente, fue una suerte que mis tutores en ese momento no me hubieran dejado ir al Valle o puede que yo estuviera muerta de manera similar, uno de los rumores que se oía era que su hijo Edmund se canso de esperar a que estos le cedieran el trono y murieron en extrañas circunstancias, claro yo me negué a creerlo, somos Arryn, los Arryn somos los seres mas honorables de poniente, en nosotros no hay subterfugios ni asesinatos por poder, era muy ilusa y lo pague caro por ello.
Varias noches mas tarde, agotaba me fui a dormir, lo que yo no sabía, era que mi hermano tenía conocimientos de hierbas y brebajes aprendidos de manera poco clara de los libros del maestre del nido, llevaba varios días notándome pesada por las noches y por las mañana me levantaba dolorida, tanto de la cabeza como del cuerpo, aparecía con moretones por varias partes del cuerpo, cuando se lo consulte al maestre este me dio una medicina para aliviar mis dolores y me dijo que en apariencia debía de sufrir el mal del sueño, por el que alguna gente dormida actuaba como si estuviera despierta, me dio eso y me dijo que lo tomara varios días, no debía de funcionar muy bien pues me despertaba agotada y dolorida igual.
Entonces un día una de las extrañas mujeres de mi hermano se me acerco y me dijo que no tomara el vino de la noche si quería saber que pasaba, esa mujer era con diferencia la más noble de ellas, desde el primer día me hablo y por las mañanas me aplicaba ungüentos en los moretones del cuerpo, poco después supe que ella había sido novicia en la fe roja y que cuando iba a ser nombrada sacerdotisa fue secuestrada por los hombres de mi hermano.
Ella esperaba volver a las libres para terminar su instrucción y ser lo que siempre deseo, poco sabría yo que después mi hermano la asesinaría con sus propias manos cuando me ayudo a escapar del nido.
Esa noche hice ver que bebía pero no lo hice, es una de las cosa que aprendí en mis viajes y que se enseña a toda dama honorable que no desea emborracharse como un hombre, terminado de cenar, fui a la cocina con la excusa de darle las gracias a los cocineros por la cena, era algo que hacía habitualmente y no levanto sospechas en ella me esperaba Samara con una copa de agua que bebí ansiosa pues estaba sedienta, me dio una daga y me dijo que la necesitaría esta noche.
Me fui a mi cuarto e hice lo de siempre, al final me metí en cama y al rato, no sé cuánto exactamente oí como se habría una puerta, disimuladamente miré para la puerta de mi cuarto pero esta seguía cerrada, entonces vi que algo se movía en mi armario y un hombre salía de dentro, al principio no lo reconocí pero al acercarse lo hice, era Edmund, empezó a tocarme y por instinto me resistí, entonces me golpeo fuerte en la cabeza aturdida note como me sacaba la ropa y me ponía la cabeza a la altura de su entrepierna intente resistirme pero note como me la metía en la boca, me tiraba del pelo con violencia mientras decía que ya le había parecido que no tomaba el vino en la cena, me golpeo varias veces la cara y al final me tiro en la cama boca abajo y note como me ensartaba con su cosa por detrás, no sé cuánto tiempo más tarde note que se descargaba en mi y me dijo que mas me valía no decir nada y que a la noche siguiente viendo que ya lo sabía me iba a quitar lo de seguir siendo doncella.
Cuando se fue vomite asqueada y unos minutos mas tarde llamaron a mi puerta, era Samara, me dijo que me ayudaría a huir esa noche, y así lo hice cogí varias mudas de ropa y algo de dinero, para cuando todos despertaron yo ya estaba en un barco de camino a la ciudades libres llevando una carta donde ella les decía quien era yo y que quería ser una sacerdotisa, les desvelaba su nombre y les pedía ayuda para poder huir de mi hermano, lo que yo no sabía es que en ese momento ella estaba siendo asesinada por Edmund.
Así fue como llegue a Braavos y al leer la carta me dijeron que me vieron en las llamas y que mi amiga, estaba ya muerta, curaron mis heridas tanto físicas como emocionales y fue mi inicio para ser una sacerdotisa roja.